A pesar de estar confinado en una celda de la penitenciaría Regional de Coronel Oviedo, Ramón González Daher, expresidente de la APF, no ha cesado su actividad intimidatoria contra quienes alguna vez cayeron en su red de usura.
Las víctimas, angustiadas, reportan que las amenazas siguen llegando a sus teléfonos, como si González Daher estuviera en plena libertad.
Privilegios tras las rejas
La situación en la que se encuentra Ramón González Daher es, cuando menos, llamativa.
Dentro de una celda que podría ser considerada “vip”, sigue llevando a cabo reuniones casi diarias con visitantes, lo que ha levantado sospechas sobre el verdadero alcance de su aislamiento.
Este nivel de privilegio no es usual y pone en evidencia la fragilidad del sistema penitenciario.
El legado corrupto de una red de usura
Durante más de dos décadas, Ramón González Daher construyó un imperio financiero basado en la extorsión legalizada.
Su método: préstamos con intereses exorbitantes y amenazas legales por medio de conexiones en el sistema judicial.
Aunque ahora esté encerrado, su influencia parece trascender las paredes de la prisión.
Las secuelas de las acciones de González Daher aún resuenan en los tribunales.
Varios de sus antiguos deudores, como el ingeniero Miguel Britos, continúan luchando legalmente para recuperar sus pérdidas.
La demanda de Britos, que asciende a G. 1.130 millones, es solo una de muchas que buscan resarcimiento y justicia.
El poder continúa tras las rejas
Incluso desde la cárcel, González Daher ha iniciado nuevas acciones legales, como una demanda contra el ex ministro de Corte, Víctor Núñez, por un cheque de G. 1.500 millones.
Este caso es indicativo de cómo, incluso en reclusión, González Daher busca manipular el sistema a su favor.
